Confía en que las autoridades valoren la riqueza que genera y en que la sociedad…
El Día D de la pesca mariñana
El palangre de fondo y la volanta siguen en peligro al no retirar el Comisión Europea el reglamento que veta la pesca en 87 zonas del Atlántico y enrocarse en informes científicos que se actualizarán en noviembre.
Al igual que con los drásticos anuncios de recortes de cuotas que luego moderan las cumbres de ministros, el comisario europeo de Pesca, Virjinijus Sinkevicius, anunció este lunes a Luis Planas y sus colegas de Francia e Irlanda que está abierto a revisar el veto a la pesca en 87 zonas de cantiles del Atlántico si los datos científicos del Consejo Internacional para la Exploración del Mar (Ices) en noviembre lo avalan. Sinkevicius parece abrir una puerta, “estamos al comienzo de un proceso», pero reitera la “obligación legal de revisar estos cierres anualmente” y mantiene la prohibición de la pesca de fondo tras el 9 de octubre pues sigue en el Diario Oficial de la UE. La medida, disparatada en lo socioeconómico al dañar a miles de pescadores, personal portuario, compradores, transportistas, servicios navales y demás cadena mar-industria, puede encerrar no ya un error jurídico como sostienen gobiernos y armadores, sino una gran hipocresía.
El palangre de fondo, ahora seriamente amenazado
La gran alarma saltó al verse incluida la volanta pero, sobre todo el palangre de fondo en un lío que se viene gestando desde hace años y que apunta directamente a los grandes arrastreros de altura. A estos se les prohibió en 2016 echar la red por debajo de los 800 metros y pescar peces casi abisales de reproducción lenta que apenas servían para elaborar productos de ínfima calidad como los palitos congelados y similares. Hasta quienes habían construido o comprado arrastreros de cierto porte para faenar en Gran Sol se deshicieron de ellos y muchos están hoy en las costas africanas o de América del Sur.
Pero ahora, al prohibir tocar el fondo de 400 metros para abajo, no solo están en el reglamento los arrastreros que quedaron en Vigo, A Coruña, Pasajes y tres en A Mariña sino también las decenas de pincheiros que sostienen hoy la actividad. Ayer el comisario europeo decía que “nuestros científicos han visto que los buques faenaban mucho donde estaban establecidos los ecosistemas vulnerables”, como si fuera novedad que desde hace décadas y décadas se larguen aparejos en O Porco, O Puro y otros fondos desde Escocia a Fisterra con nombres familiares para nuestros pescadores. Uno de ellos dice que “cada vez hai menos barcos pero en Bruxelas non saben o que fan, así non haberá onde tirar o aparello”. Aunque el entorno del comisario dice que solo afectará al 1,16% de las aguas comunitarias y hubo dos años de consultas… en estas al parecer solo se percibía peligro para el arrastre de altura.
Las oenegés y el momento político en Europa
No es casualidad que detrás de este nuevo pulso esté la asociación ecologista Bloom con sede en París y Claire Nouvian, premio Goldman y que promueve «la conservación de los océanos al crear, utilizar e interpretar las investigaciones científicas más recientes para mostrar cómo la sobrepesca y los métodos de pesca dañinos están destruyendo la vida marina”. Fue la que logró que la UE aprobara la prohibición de la pesca por debajo de los 800 metros y hace un mes 180 científicos de todo el mundo firmaron un manifiesto pidiendo a la UE eliminar los métodos de pesca “destructivos” de áreas sensibles. Iniciativa previa a la cumbre sobre biodiversidad COP15 que la ONU celebrará en diciembre en Montreal (Canadá). Bruselas también trabaja en una ley para 2030 con el fin de reparar los ecosistemas dañados.
¿Y los eólicos, la minería del mar y otra pesca industrial?
Al señalar las organizaciones ambientalistas “la codicia de las naves industriales” en el Atlántico con los peces demersales, o en el Índico con el atún, parecen sugerir a Sinkevicius el camino de la antigua comisaria, María Damanaki, como salvadora del atún rojo pero en la burocracia intergubernamental europea apenas aparecen daños que, muy cerca de las costas, pueden dejar las cimentaciones de parques eólicos marinos o la minería profunda de nódulos metálicos. Además, especies de los cantiles que dicen se pretende proteger a partir de octubre, como los tiburones, se pescan de noche atrayéndolos a la superficie.
¿Es el único impacto?
Pescadores ven en los arrastreros los tractores del mar que remueven lodos y ayudan a regenerar el fondo. Este lunes uno mariñano de Gran Sol mostraba las puertas del aparejo con más peso soldado, pero la incertidumbre es grande. En los puertos dicen que si la Europa de la pesca subvencionada abriese ahora ayudas al desguace se produciría un desmantelamiento brutal.
Ecologistas valoran el cierre de áreas complementario al de 2016 para proteger corales y montes submarinos pero no mezclan otras codicias oceánicas. La Xunta achaca mala fe al comisario de pesca y sobre los parques eólicos marinos insiste en que no los autorizará frente a Galicia si dañan los caladeros.
XAVIER LOMBARDERO