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Las noticias falsas también amenazan a la pesca y a la salud del consumidor
El foro de Celeiro llama a invertir para combatirlas y reactivar el consumo
Más conocidas por la expresión inglesa fake news, las noticias falsas aún cuelan entre quienes se creen que los pescadores ponen en riesgo la biodiversidad y esquilman los recursos marinos de los que viven, y que comer pescado es perjudicial pese a las recomendaciones de ingerir al menos 4 raciones por semana… Igual que en otros sectores, la cadena de la pesca está harta de encajar golpes a los que corresponsabiliza de la caída del consumo en los hogares españoles al mínimo histórico de 18,5 kilos por persona y año, la mitad de lo que recomienda Sanidad. Y dice basta porque la desinformación amenaza su supervivencia y también la salud de quienes prescinden de un alimento de probados beneficios para el cuerpo y la mente.
Coincidiendo con el Día Mundial de la Pesca, de cómo reactivar el interés por el pescado se habló este jueves en el arranque de las XXVIII Jornadas de Pesca de Celeiro. Óscar Mozún, directivo de la agencia Tactis Europe, confirmó que «se hunde: una media del 33 %; el 38 % en el pescado fresco, y el 45 % en los mariscos frescos». En esos «datos preocupantes» también influye que «gran parte de los consumidores, que lo primero que miran es el precio, creen que es demasiado caro» o que el Gobierno español se niegue a reducir el IVA del 10 al 4 % . A falta de iniciativas públicas como el añorado FROM, «que nunca volverá», llama a unirse, «poner dinero» —como las interprofesionales de la leche o de la carne— y a invertir en promociones «genéricas y a largo plazo, a reconducir la comunicación desde una estructura organizada, porque si esperamos por los burócratas…».
María Martínez-Herrera, directiva de Asedas, la asociación que agrupa al 75 % de los supermercados españoles, confirma el descenso de la demanda y constata que los distribuidores «están muy preocupados porque el pescado ya no es la joya de la corona». Perjudica a toda la cadena y a la salud de los españoles que renuncian a esta fuente de proteínas, esencial «en una dieta sana y equilibrada». Que el IVA siga en el 10 % «se nota mucho» en las ventas, aunque propugna adaptarse y vender «productos de preparación fácil, sencilla, rápida y cómoda». Y promocionarlos, sobre todo entre los jóvenes, pero también entre ciudadanos de otras culturas que se asientan en España. Revertir la caída del consumo requiere, además, «luchar contra las noticias falsas» como las que, por distintos intereses, propagan «alertas alimentarias que en realidad no lo son», aunque causan «gran daño» a la pesca y al consumidor.
«Preocupa más un parásito que no entraña riesgo si se cocina que productos foráneos medicados»
El congreso se celebra en la cofradía, promovido por la Organización de Productores Pesqueros Puerto de Celeiro. Su producto estrella es la merluza fresca, cuestionada cada cierto tiempo por el anisakis, endémico del mar y presente en varias especies. Otra «falsa noticia» con la que «se pone el foco sobre la merluza y, en una sociedad hipócrita, hay quien se preocupa más por un pequeño parásito —que no entraña riesgo para la salud si se cocina el pescado— que por productos foráneos medicados que consume» porque están de moda. Son palabras de Eduardo Míguez, director general adjunto de Puerto de Celeiro y presidente del Comité de Productos del Mar de Aecoc, la asociación de industrias y distribuidores.
Míguez se pronunció tras escuchar a Ignacio Álvarez, catedrático de la Universidad de Zaragoza que inertiza el anisakis con pulsos eléctricos de alto voltaje. Alternativa a la tecnología térmica, ya la emplea la industria alimentaria europea y también tiene aplicaciones sanitarias en determinadas terapias. A preguntas de Carlos Rodríguez, otro investigador, convino en que el anisakis «es un problema de educación». Aun así, debido al calado de las noticias falsas y al aspecto del pescado, causa «problemas económicos graves». El investigador y su equipo han comprobado que su método inertiza el parásito en la merluza y reduce costes de congelación en lonjas y almacenes, pero aún no está adaptado a los barcos.
Autor: S. SERANTES
Fotografía: Xaime Ramallal