Acaba el mes de veda impuesto en aguas francesas para proteger delfines
Aún no ha trascendido la cuantía de las ayudas para los 21 barcos de bandera española que pararon
Amedianoche de este martes, 20 de febrero, acaba en las aguas jurisdiccionales galas del Atlántico la veda para proteger delfines, impuesta por Francia a determinados pesqueros de cualquier país. Bendecido por la Comisión Europea, pese a que según la flota afectada se aplicó vulnerando el procedimiento comunitario, el cierre de los caladeros afectaba a 41 barcos de bandera española, si bien 20 optaron por desplazarse a otras zonas, según explicó días atrás Luis Planas, ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación. Realmente impactó sobre más buques de capital español y bandera de otros países, como Francia, donde el sector cifra en 450 los damnificados.
Francia cerró sus aguas a los pesqueros que emplean redes de arrastre pelágico, arrastre de fondo a la pareja, cerco o de enmalle como volanta o trasmallo, entre otros. Se libran los palangreros de fondo y las bakas, como se conoce a los arrastreros que faenan individualmente. Según Pesca, impactaba en 18 barcos de pabellón español con base en puertos gallegos y en 15 vascos; de los 41, unos 19 eran cerqueros, pero también había volanteros y parejas de arrastreros. Al final amarraron los que no podían desplazarse a otros caladeros porque carecían de permiso para acceder a ellos o de cuota.
No fueron los únicos propiedad de gallegos y españoles, como bien pudo verse en puertos como el de Celeiro, en A Mariña lucense, donde permanecieron amarrados durante este mes media docena de volanteros de bandera francesa.
Al menos públicamente, de momento poco ha trascendido de las ayudas económicas por ese cese de actividad para los armadores, ya que buena parte de los tripulantes han ido temporalmente al paro. Días atrás, en el Senado, el ministro Planas prometió «una compensación adecuada y justa a aquellos que se han visto perjudicados por esta decisión». En principio, con cargo al Fondo Europeo Marítimo de la Pesca y la Acuicultura (Fempa), «pero no excluyo la posibilidad de utilizar algún otro mecanismo», aseguró.