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La veda en ecosistemas vulnerables se cebó con el palangre de Burela y Celeiro
Un informe de un órgano asesor europeo confirma que el veto en 87 zonas vulnerables causó un grave impacto. El PSOE reclama compensaciones para los afectados y la retirada o modificación de la prohibición
Un informe del Comité científico, técnico y económico de pesca (CCTEP), órgano que asesora a la Comisión Europea (CE) que evaluó el impacto socioeconómico del cierre de los 87 ecosistemas marinos vulnerables decretado en 2022 por la CE destaca la concentración de los posibles impactos en puertos clave, como Burela y Celeiro, donde se concentra el 52,9% de los 67 palangreros afectados, el 94,7% y el 90% respectivamente. España comunicó en 2023 una disminución de las descargas del 31% respecto al año anterior.
El análisis prueba que las artes fijas (palangre de fondo y redes de enmalle de fondo) fueron las más perjudicadas. El 81% de los palangreros de fondo operaron en esos espacios, siendo los más perjudicados los de 18 a 24 metros de eslora y los de 24 a 40, y los de redes de enmalle de fondo de entre 18 y 24 metros. El 45,8% de los de enmalle pertenece a Cedeira y Celeiro, puerto mariñano en el que el 100% de la flota de enmalle se vio afectada.
El gerente de la OPP Puerto de Burela, Sergio López, les dijo en una entrevista que la mayoría de sus socios pescan merluza con palangre y anzuelo en la superficie o en la columna de agua. Añadió que el desplazamiento del esfuerzo a otras zonas “es difícil o imposible”, porque en ellas se usan artes no compatibles con el palangre. Considera que el informe “é tardío e insuficiente”, ya que “debeu facerse antes de aprobar o regulamento e segue sen diferenciar o impacto polo tipo de artes de pesca”.
Constataba el desguace de varios barcos al dejar de ser rentables y que otros cambiaron a redes de fondo, lo que varió la explotación, con más capturas a un precio menor. Agregó que algunos se trasladaron al norte y descargan en Escocia con más costes. Otros esperan días hasta que otros barcos abandonan los caladeros para poder pescar con palangre, lo que eleva los gastos de combustible.
A la vista de los datos, el eurodiputado socialista Nicolás González Casares solicitó a la CE que “compense a los más afectados por el cierre de zonas de pesca dirigido a las artes de contacto de fondo”. Asegura que el informe refleja que el número de días de pesca bajó un 16%, los desembarcos se redujeron un 20% y el valor económico cayó un 11%.
Lamenta que la veda no analizase el impacto socioeconómico. “El daño es gravísimo, sobre todo para Galicia, y por eso pedimos compensaciones”. También reclama retirar o modificar la norma, quien espera que si no lo hace la CE lo hará el Tribunal de Justicia europeo a través del recurso presentado por el Gobierno contra el reglamento comunitario.
Pérdida de zonas de pesca y subida de costes
El comité científico advierte de la pérdida de zonas de pesca, el aumento de costes y el impacto económico. Recomienda que “cualquier solución a largo plazo proteja tanto los ecosistemas vulnerables como a las comunidades costeras que pescan de forma sostenible en las áreas vedadas.
El estudio confirma que la flota desplazó su actividad a zonas septentrionales en busca de otros caladeros, el cambio del palangre por las redes de enmalle en las zonas CIEM 8a y 8d, 7h, 7j y 7 k, situando las capturas de merluza en el 77%, el mínimo histórico. En 2023 se observa una ligera recuperación, de lo que deducen que la flota se está adaptando para obtener el mismo valor, aunque el precio bajó y se capturan especies menos valiosas.
El Progreso – Marita Negrelos
Fotografía: JMª ÁLVEZ (AEP)